Surcorea enfrenta una crisis política con la destitución del presidente Yoon Suk Yeol
El Parlamento de Corea del Sur ha tomado la sorprendente decisión de destituir al presidente Yoon Suk Yeol, un giro inesperado para un líder que llegó al poder hace solo un año. Esta situación marca un momento decisivo en su administración, que ha estado repleta de desafíos desde su asunción.
La destitución fue activada por la decisión de Yoon de desplegar tropas bajo ley marcial, en respuesta a la supuesta amenaza a una de las democracias más destacadas de Asia. Este movimiento ha suspendido temporalmente sus poderes hasta que el Tribunal Constitucional revise el caso y decida si debe ser destituido o si puede recuperar su autoridad. Además, se enfrenta a investigaciones que analizan si su decreto del 3 de diciembre podría ser clasificado como rebelión, un crimen grave en Corea del Sur.
Yoon, un firme conservador y exfiscal, se convirtió en presidente en 2022, poniendo fin a cinco años de un gobierno liberal que no logró resolver la crisis nuclear norcoreana y dejó la economía en una situación difícil. Sin embargo, su tiempo en el cargo ha estado marcado por conflictos frecuentes en un Parlamento dominado por la oposición, así como por escándalos que afectan tanto a él como a su esposa.
Los críticos señalan que Yoon a menudo actúa de manera impulsiva, toma las críticas de forma personal y confía demasiado en un grupo cerrado de asesores. Su reciente intento de justificar su decisión de declarar la ley marcial se basa en una acusación de que “fuerzas antiestatales” están operando bajo la influencia de Corea del Norte.
Un camino hacia la presidencia lleno de conflictos
Nacido en Seúl en 1960, Yoon tiene un trasfondo sólido en derecho, habiendo estudiado en la Universidad Nacional de Seúl. Antes de ser presidente, construyó su carrera como un fiscal fuerte y determinado, ganándose la reputación de ser alguien que no teme enfrentar a figuras poderosas.
Sin embargo, su falta de experiencia política fue evidente. Su ingreso a la política fue relativamente tardío, un año antes de las elecciones presidenciales, cuando se separó del entonces presidente Moon Jae-in debido a tensiones por reformas judiciales. En su primera campaña electoral, logró una estrecha victoria frente a su opositor liberal por menos del 1% de los votos, en lo que se consideró una de las elecciones más reñidas en la historia del país.
Desafíos internos y externos
La presidencia de Yoon ha estado marcada por la frustración y una atmósfera tensa, en gran parte debido a su estrecho triunfo electoral y la falta de control de su partido en el Parlamento. Al declarar el estado de emergencia, se refirió a la necesidad de enfrentar a “seguidores de Corea del Norte”. En su defensa, afirmó que luchará hasta el final contra los intentos de destituirlo.
Su gestión también ha estado aquejada por acusaciones de corrupción, que han afectado su imagen pública. En un contexto de creciente presión, Yoon ha sido objeto de críticas que cuestionan sus decisiones y su capacidad de liderazgo.
En el ámbito internacional, sus relaciones con Corea del Norte han sido tensas. Al inicio de su mandato, prometió un enfoque audaz para mejorar la relación con el régimen norcoreano a cambio de que abandonaran sus armas nucleares. Sin embargo, el intercambio de insultos y amenazas ha aumentado, y Corea del Norte ha intensificado sus actividades militares, desafiando abiertamente a Yoon.
En resumen, la administración de Yoon Suk Yeol se encuentra en una encrucijada. Su compromiso con una postura conservadora y firme ante las amenazas internas y externas ha modelado su mandato, pero los desafíos a los que se enfrenta ahora podrían definir no solo su presidencia, sino también el futuro político de Corea del Sur.