Un aire extremadamente frío que usualmente se encuentra en el Ártico ha hecho su camino hacia el corazón de Estados Unidos, trayendo consigo temperaturas gélidas. Si bien no se prevé que se rompan récords, la llegada de este frío intensificado ha sido identificada como parte de un fenómeno cada vez más común en nuestro clima actual, el vórtice polar. Este término, que ha ganado popularidad en los últimos años, hace referencia a una masa de aire frío que con frecuencia se desplaza desde el Ártico.
Para las comunidades afectadas, esto significa días de mucho frío y, para muchos, la sensación de “brrrrr”. La corriente en chorro, que es un sistema de vientos que sopla de oeste a este a gran altura, se ha desviado de su curso habitual, provocando un enfriamiento drástico en la mitad oriental del país, mientras que en el oeste, como en California, las temperaturas continúan siendo cálidas y secas.
Según Dan DePodwin, director de operaciones de pronóstico de AccuWeather, este brote de aire frío se sentirá considerablemente, con temperaturas que se espera que estén de 12 a 25 grados Fahrenheit (7 a 14 grados Celsius) por debajo de lo normal en varias partes de la región. Los lugares más afectados serán aquellos que ya han enfrentado fuertes nevadas, como Kansas y Washington, donde se podrían registrar temperaturas nocturnas que caigan en un solo dígito o incluso por debajo de cero.
Judah Cohen, otro experto en clima, también se refiere a este evento como una extensión del vórtice polar. Explica que cuando este fenómeno se “estira”, el aire frío puede moverse hacia Estados Unidos o Asia. Sin embargo, es importante destacar que las situaciones de calentamiento estratosférico no son lo que está sucediendo ahora.
Algunos meteorólogos han señalado que el término vórtice polar se está usando incorrectamente, ya que este fenómeno se ubica mucho más alto en la atmósfera. Sin embargo, lo que se identifica como perturbaciones en el vórtice polar ha ido en aumento, una tendencia que ha sido respaldada por investigaciones recientes.
Los científicos advierten que el calentamiento del Ártico, que está ocurriendo a un ritmo más rápido que en otras partes del mundo, podría estar influyendo en la frecuencia de estos eventos. A pesar de esto, los inviernos han mostrado un ligero aumento en las temperaturas promedio globales, lo que indica que es posible experimentar inviernos más cálidos al mismo tiempo que enfrentamos episodios de frío intenso.
En conclusión, la llegada de este aire helado nos recuerda que el cambio climático no elimina los inviernos fríos; simplemente transforma las dinámicas de nuestro clima. La naturaleza es compleja, y mientras los promedios globales puedan estar incrementándose, los patrones climáticos locales pueden seguir sorprendiendo. Este es un recordatorio de que, aunque los cambios son evidentes, no debemos perder de vista la variabilidad climática que ha existido a lo largo de la historia.