Clint Hill, quien fue un agente del Servicio Secreto, ha fallecido a la edad de 93 años en su hogar en Belvedere, California. Hill es conocido por su heroico esfuerzo en 1963 cuando saltó a la limusina de John F. Kennedy tras el asesinato del presidente en Dallas. Su muerte fue confirmada por su editorial, aunque no se ha dado a conocer la causa.
Aunque su nombre no siempre es reconocido, su imagen es bien conocida. Hill aparece en la famosa grabación de Abraham Zapruder, que documentó el trágico atentado. Gracias a sus acciones valientes, fue ascendido por su dedicación, pero también vivió con un inmenso dolor, culpándose a sí mismo durante años por no haber llegado a tiempo para salvar al presidente.
En una emotiva entrevista en 1975 con Mike Wallace, Hill habló sobre su lucha interna. Se recuerda que expresó: “Si hubiera reaccionado un poco más rápido, tal vez podría haberlo hecho.” A lo largo de los años, Hill trabajó para dejar atrás esos oscuros recuerdos.
El día del asesinato, su asignación era proteger a la primera dama, Jacqueline Kennedy. Estaba justo detrás de la limusina presidencial cuando escuchó los disparos y vio a Kennedy caer. Su reacción fue inmediata, saltando del vehículo y subiendo al vehículo presidencial para ayudar a Jacqueline.
A lo largo de su carrera, Hill ascendió en las filas del Servicio Secreto, llegando a ser subdirector, pero su camino no estuvo exento de dificultades. Se retiró prematuramente debido a problemas de salud mental causados por el trauma del atentado.
A pesar de su vida marcada por esta tragedia, Hill hizo aportes significativos. En 2018, fue galardonado con el Premio Theodore Roosevelt Rough Rider en Dakota del Norte, y su legado continúa siendo recordado y respetado. Su valentía y dedicación son un recordatorio del sacrificio de aquellos que protegen a los líderes de la nación.